Mañana es uno de los tres días Internacionales del gato. Sí sí, habéis leído bien. A lo largo del año se celebran tres días internacionales en su honor, el 20 de febrero, el 8 de agosto y el 29 de octubre.
Pues bien, nosotros lo celebramos mañana y hoy os hablamos de las relaciones de algunos ilustres escritores y los gatos.
Y es que pocos animales dan tanto juego para escribir sobre ellos. Y es que reúnen muchas cualidades que hacen de ellos un material muy interesante para la literatura. Son misteriosos, elegantes, independientes, ariscos, interesados, ocurrentes, juguetones y ante todo les encanta ser los protagonistas.
Por eso no es casualidad que escritores de la talla de Bukowski, Burroughs, Capote, Cortázar, Hemingway, Borges, Ray Bradbury, Hermann Hesse, Aldous Huxley, entre otros, hayan compartido su vida con gatos.
Comenzando por Beppo que compartió vida con Borges. Borges dedicó poemas al irascible gato blanco, y cuyo nombre adoptó de gato de Lord Byron.
Ray Bradbury, autor de ‘Fahrenheit 451’ llegó a decir: “Este es el gran secreto de la creatividad. Trata a las ideas como a los gatos: haz que te sigan”. Revelando cuál era su secreto para desarrollar su creatividad.
Para Charles Bukoswski los gatos eran sus profesores puesto que según sus propias palabras:
«Caminan con una dignidad sorprendente, pueden dormir veinte horas al día, sin duda y sin remordimiento: estas criaturas son mis profesoras».
T.W. Adorno fue el nombre que le puso Julio Cortázar a su gato, en honor al filósofo y sociólogo alemán. Los gatos aparecen un varias de sus obras, entre ellas “Rayuela” y “El último Round”. Tanto en la ficción como en la realidad los trataba como íntimos amigos.
El amor que profesaba Hemingway hacia los gatos era tan celebre que incluso la periodista estadounidense Carlene Fredericka Brennen decidió escribir el libro “Los gatos de Hemingway”, en el que narra su relación con estos animales.
Hemingway alababa la honestidad gatuna con estas palabras: “Un gato es absolutamente honesto emocionalmente: los seres humanos, por una razón u otra, pueden ocultar sus sentimientos, pero un gato no lo hace.”
El Nobel de literatura (1946), y pintor alemán Hermann Hesse siempre sintió una llamativa adoración por los gatos, era feliz cuando cargaba a su gato. Cuentan que se llamaba Lowe. Era muy inquieto, así que el escritor pasaba sus ratos libres persiguiéndolo por su casa.
Y Aldous Huxley dando un consejo a un amigo dijo: “Mi joven amigo’ le dije, ‘si quieres ser un novelista psicológico y escribir sobre los seres humanos, la mejor cosa que puedes hacer es llevarte un par de gatos”.
Cómo vemos los gatos han ejercido su influencia en la literatura, quizás sin ellos no contaríamos con las grandes obras que sus compañeros humanos escribieron.