Cuando un usuario decide “liberar” un libro que le haya gustado, va a la página BookCrossing.com y lo registra, recibiendo un código de identificación. Este códifo es el BCID (número de identificación de BC). Dicho código se escribirá en una etiqueta en el interior del libro o la cubierta. Una vez registrado el libro el usuario lo “libera”. Hoy hablaremos del Bookcrossing, una aventura literaria.
Es muy habitual dejarlo en el banco de un parque, en una estación o en cafeterías, lugares de mucho paso. Pero el liberalibros puede dejarlo donde quiera, incluso dar pistas en la web del paradero del libro y así otros usuarios pueden salir a su caza.
En la etiqueta se pide a la persona que lo ha encontrado que entre en la página de BC y notifique su hallazgo. Puede hacerlo en la web de forma anónima o bien registrarse si se quiere continuar con la práctica. El contacto entre usuarios es mediante los foros de BC.
Una vez leído el libro se le ruega que lo “libere” de nuevo, para que siga su viaje. De esta manera entrando en la página puedes seguir su recorrido a través del mundo. Así, podrá conocer las opiniones de los lectores que lo han leído.
Pero la idea del BC no está exenta de polémica. Se ha criticado porque puede perjudicar a la venta de libros, ya que los lectores no pagan por ellos. Los usuarios no están de acuerdo y defienden que es una manera de descubrir autores que de otra forma no conocerían. También constatan que, cuando a un lector le ha gustado mucho un libro, suele comprar su propio ejemplar.
Todo esto convierte a BookCrossing en una Biblioteca Mundial que cada vez tiene más adeptos. Con ganas de vivir la experiencia de recoger y entregar libros a gente anónima.
Así que no te extrañe si en tu próximo paseo descubres un libro abandonado en un parque con una misteriosa etiqueta en su interior. Puede ser toda una aventura.