El pasado día 16 de diciembre celebramos el día que tuvo lugar la reunión en el Ateneo de Sevilla que conformó la Generación del 27. Y en este post nos gustaría hacer también un homenaje a “Las Sinsombrero” un grupo de mujeres escritoras, pintoras, ilustradoras, escultoras y filósofas nacidas entre 1898 y 1908 que fueron compañeras de los miembros de dicha generación pero sus obras fueron silenciadas.
El nombre las Sinsombrero surge del hecho que se produjo en Madrid un día de los años veinte. Maruja Mallo, Margarita Manso, Salvador Dalí y Federico Gracia Lorca mientras paseaban por la Puerta del Sol se quitaron el sombrero. Aunque ahora mismo pueda parecer un acto sin la menor importancia, en la España de principios de siglo XX las personas de las clases más adineradas debían cubrirse la cabeza con un sombrero, tanto ellos como ellas. Era un signo de jerarquía social. Los hombres podían descubrirse la cabeza en espacios cerrados, pero las mujeres no. Así que el gesto no sentó muy bien entre los demás transeúntes. Pero significó un acto de disconformidad y protesta pacífica ante una sociedad castrante; una actitud transgresora que pretendía romper la norma y, liberar las ideas y las inquietudes, quitarse el sombrero era descubrir la ideas para que fuesen libres. Pero para ellas también supuso abandonar el canon femenino de la época, no conformarse con el papel de madre y esposa.
El grupo de las Sinsombrero lo formaron:
Concha Méndez, escritora, poeta, dramaturga y guionista, (Madrid 1898 – Ciudad de México 1986).
Ernestina de Champourcin, poeta, (Vitoria 1905 – Madrid 1999).
Josefina de la Torre actriz, poeta y escritora, (Gran Canaria, 1907 – Madrid, 2002).
Margarita Gil Roësset, poeta, ilustradora y escultora, (Madrid, 1908 – 1932).
Margarita Manso, pintora y escritora, (Valladolid 1908 – Madrid 1960).
María Teresa León, poeta, dramaturga, ensayista, (Logroño 1903 – Madrid 1988).
María Zambrano, pensadora, filósofa y ensayista. Recibió el Príncipe de Asturias (1981) y Cervantes (1989), (Málaga, 1904 – Madrid, 1991).
Maruja Mallo, pintora e ilustradora, (Lugo, 1902 – Madrid, 1995).
Rosa Chacel, escultora y escritora. Premio Nacional de Las Letras en 1987, (Valladolid, 1898 – Madrid 1994).
Reivindicaron su papel intelectual no solo sobre su propia figura, sino sobre la vida cultural que las rodeaba. Publicaban reseñas sobre libros, opinando sobre arquitectura y formando parte de una ajetreada agenda social.
Reflexionaron, además, sobre la iconografía propia de la feminidad. Este detalle puede comprobarse incluso a la hora de denominarse. Empiezan a imponerse fórmulas como “autora”, “escritora”, “pintora”.
El trazo más relevante es, sin duda, la introducción de un perfil femenino consecuente a su realidad en sus obras. La mujer se convierte en un personaje pictórico y literario fuerte, emancipado, que lucha contra su destino. Se representan grupos de mujeres con un aspecto moderno, fumando o en actitud intelectual. Las personalidades son fuertes e independientes y hacen suyo un espacio que, hasta el momento, solo estaba permitido a los hombres.
Todas ellas tuvieron un papel fundamental e igual de importante que sus compañeros varones de la Generación del 27 en la modernización social y cultural de la España de los años 20 y 30, aunque sus creaciones fueron limitadas por el hecho de ser mujeres.
Y por eso hoy les queremos hacer este pequeño homenaje.